22/08/2014


Eterno sí al arte

Tantas cosas que contar encontraron múltiples vías de expresión en la vida de Jack Délano. El Museo de Arte de Ponce las antologa en una nueva muestra que celebra el centenario de su natalicio


E

ntrado en años y con los achaques que éstos regalan al cuerpo, Jack Délano se montaba en su carro y cumplía puntual con cada cita.

“Después de morir mi mamá, cuando estaba solo y viejito, él siempre aceptaba las invitaciones de las escuelas públicas para hablarle de arte a los estudiantes aunque le costaba porque ya ni veía ni guíaba bien. Se montaba en el carrito y guiaba hasta cualquier pueblo para reunirse con una clase de quinto o sexto grado porque para él era importante”, rememora Pablo, hijo del fotógrafo, ilustrador, diseñador, director y compositor ucraniano que se estableció en la Isla en el 1946 junto a su esposa Irene y aquí se quedó para con ella crear sin restricciones.

Se montaba en el carrito y guiaba hasta cualquier pueblo para reunirse con una clase de quinto o sexto grado porque para él era importante

La anécdota viene al caso. Este lunes 25 de agosto abre al público la muestra Jack Délano: 100 años, que celebra el centenario de su natalicio y su pluralidad expresiva con más de 200 trabajos de su autoría. A juzgar por la producción que nos dejó, Délano aceptó que su ingenio creativo lo llevara del dibujo a la fotografía, de la música al diseño, a la danza, el teatro o el cine sin resistencia. Parecería que ese hombre de hablar pausado, mirada clara y que se sentía cómodo descansando los espejuelos arriba de la frente, pocas veces le dijo no a la llamada del arte.

Jack Delano y su cámara

Rostro de satisfacción creativa: don Jack en su estudio./ Cortesía de Laura y Pablo Délano/ GFR Media/ Foto Laura Magruder

“Mis padres no creían mucho en la musa”, cuenta Pablo vía telefónica desde Estados Unidos donde está radicado, “ellos no creían en eso de sentarse a esperarla toda la vida ni dependían de ella. Ellos creían en trabajar”.

Cada artista tiene sus modos de laborar y, en el caso de Délano, el proceso era abierto y libre.

“Ellos tenían amigos que no podían trabajar a menos que se metieran a su taller, le pusieran el seguro a la puerta y estaba prohibido entrar, tenían que tener un espacio privado. Mis padres eran lo opuesto. Mi hermana (Laura) y yo podíamos jugar dentro del estudio; ellos estaban haciendo su arte y nosotros en el piso con nuestras crayolas. Y más allá de eso, con el pueblo en general nunca le decían que no a nadie”, subraya Pablo quien se dedica a la fotografía y el año pasado dictó la conferencia Historia, legado e imagen en la Isla ante el gremio de fotoperiodistas.

ASUNTO DE DOS

El “ellos” se repite con frecuencia a lo largo de la charla. A los ojos de los entonces niños Pablo y Laura, la labor artística de sus padres Jack e Irene siempre fue estrecha, en conjunto. Como adultos lo confirmaron.

“No era una cuestión de él sino de ellos porque siempre colaboraban; si él estaba haciendo algo, mi mamá lo estaba ayudando o si ella era la que estaba haciendo, él estaba ayudando. Lo único en que no trabajaban juntos era con la música porque él componía solo pero todo lo visual era un trabajo de dos”, rememora sobre el matrimonio que conoció suelo boricua en la época en que Delano laboró como fotógrafo para el Farm Security Administration, logrando reconocimiento con instantáneas tomadas en distintos estados.

La niñez de Pablo coincidió con el periodo en que Jack dirigía la estación pública WIPR. “En esa época él no estaba en casa mucho de día, se iba por la mañana y regresaba por la tarde. Ahora, los fines de semana y por las noches siempre estaba haciendo algo: componiendo música, dibujando, pintando”, dice trayendo de vuelta escenas de la casa familiar en Trujillo Alto.

Los fines de semana y por las noches siempre estaba haciendo algo: componiendo música, dibujando, pintando

No es hasta que ambos hermanos arribaron a la adultez que comprendieron el valor del trabajo artístico que realizaban sus padres. Que en Estados Unidos Jack aportó significativamente a documentar con su cámara el país al que emigró con su familia en el 1923, con apenas nueve años de edad. Que en la Isla Jack e Irene se sumaron a la difusión del gran proyecto de industrialización y desarrollo que propuso el gobierno a partir de los 50’s y de paso consignaron las muchas caras del habitante local que tímidamente se denominaba puertorriqueño. Todo eso desde proyectos como, por ejemplo, la División de Educación a la Comunidad.

“Cuando uno es nene y se cría en un ambiente así parece una cosa natural, muy normal. Estaba consciente de que no todos los papás de mis amigos hacían lo que mis padres pero los amigos de mis padres eran artistas también y tenían vidas creativas”, propone Pablo.

Estaba consciente de que no todos los papás de mis amigos hacían lo que mis padres pero los amigos de mis padres eran artistas también y tenían vidas creativas

Con la curadoría compartida de Arlette de la Serna, del Museo de Arte de Puerto Rico (MAP), y el profesor de la Universidad de Puerto Rico, Nelson Rivera, la exhibición toma como punta de lanza la serie de cien fotos, Contrastes, que el Instituto Smithsonian donó al MAP. Con ojo humanista, la fotografía documental que produjo registró la evolución social de nuestro pueblo entre las décadas del cuarenta y el ochenta. Los rostros anónimos fueron protagonistas.

Jack Délano: 100 años aprovecha además ilustraciones, partituras musicales, bocetos y dibujos. Habrá una genuina oportunidad de conocer las inquietudes y preocupaciones de Délano con respecto a Puerto Rico.

“Yo me siento bien contento de que se esté haciendo esta exposición”, resume Pablo.

Algunos boricuas se reencontrarán con su estética y su estilo. Los que nunca han escuchado su nombre descubrirán su legado. Todos podrían sentir el amor que le profesó a este pueblo que tanto retrató y para el cual aportó con su arte en la construcción de su identidad.

“Bueno, eso depende de la conciencia que la persona tenga de su historia y de la importancia que le de a lo que es la puertorriqueñidad. Si él logró eso o no es mejor que lo diga otra gente a que lo diga yo, el hijo”, culmina.

Nuevas generaciones: otro Puerto Rico está servido en fotos en el Museo de Arte de Ponce.

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  • Jack Délano: 100 años
  • Con un programa educativo que incluirá charlas, conciertos, cine foros, cursos cortos de fotografía e ilustración , entre otros, la muestra continuará abierta hasta verano 2015.
  • Información: 787/840-1510

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