21/09/2014


De terapias y traseros

La provocativa y sencilla propuesta de El trasero de mi madre invita a liberar las tensiones en Cinema Bar 1950, del Viejo San Juan


D

icen que no hay mejor terapia para deshacerse del estrés cotidiano que la risa. Y El trasero de mi madre -que termina su ciclo el próximo jueves 25 de septiembre a las 7:30 p.m. y a las 9:00 p.m. en Cinema Bar 1950-, busca precisamente eso: que liberemos las tensiones a fuerza de carcajadas.

La pieza del dramaturgo Alan Ball es sencilla: una sicóloga interroga -de modo bastante incisivo e impropio- a un hombre, con una extraña fijación por la moda, y con un curioso trauma debido al trasero de su madre. Ahora bien, Yinoelle Colón y Rafa Sánchez acercan ambos roles al público, gracias a una interpretación natural y poco pretenciosa. Es imposible salir de la íntima sala del cine convertida en café-teatro sin identificarse con alguno de los personajes.

Yinoelle, quien además dirige la pieza, se luce con su presencia escénica y su potente voz, como una sicóloga algo imprudente, cuya intención es sacarle a toda costa a su interlocutor un poco de chispa.

Rafa interpreta a “Manolito Reyes Millán”, un español que lleva siete años viviendo en Puerto Rico y que brinda una mirada un tanto sarcástica pero realista a nuestra cultura. Referencias al tapón, al modo en que se celebran las protestas sindicales en la Isla y a tantos otros reflejos de nuestra cultura arrancan carcajadas al más escéptico.

A pesar de lo íntimo que puede parecer el espacio, inaugurado en febrero pasado en el Cuartel de Ballajá, su estructura puede ser un arma de doble filo

El intercambio entre ambos y la química que reflejan durante la pieza -que pese a su brevedad y sencillez, deja un buen sabor en los espectadores- es divertidísimo.

De otra parte, a pesar de lo íntimo que puede parecer el espacio, inaugurado en febrero pasado en el Cuartel de Ballajá, su estructura puede ser un arma de doble filo. En ocasiones, el ruido del restaurante, así como el teléfono del local y la constante presencia de meseros tomando órdenes y trayendo comida o bebida a los presentes, interrumpía la atmósfera. Aún así, la picardía de Sánchez, así como su capacidad para jugar con la ironía un tanto ingenua de su personaje, cautivan al punto de perdonar las limitaciones del espacio.

Resulta particularmente grato disfrutar una pieza breve, cómica pero sin recurrir a la risa fácil, y amena, a cargo de dos jóvenes actores que irradian energía y talento, durante los cerca de 45 minutos que dura el diálogo.

Vale la pena acompañar a “Manolito” a su terapia, para descubrir su fijación con las correas y por qué necesita liberarse del trauma que le provocó el trasero de su madre.

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1 Comment

  • Qas 06/05/2015 - 1:35 pm

    No solo tiene esos die1logos de la agenda del NWO, es que los die1logos de renlelo, por ejemplo entre el marido infiel y la esposa sumisa, son de una profundidad inmensa.para paladear.jnq