ollores es uno de los barrios más conocidos de Puerto Rico. Pertenece al imaginario puertorriqueño mediante el poema nacional de Luis Lloréns Torres El Valle de Collores. Generaciones de puertorriqueños han recitado:
“Cuando salí de Collores fue en una jaquita baya, por un sendero entre mayas, arropás de cundiamores; adiós, malezas y flores de la barranca del río, y mis noches del bohío, y aquella apacible calma, y los viejos de mi alma, y los hermanitos míos. ¡Qué pena la que sentía, cuando hacia atrás yo miraba, y una casa se alejaba, y esa casa era la mía!”.
Una reflexión autobiográfica de Lloréns, el poema es una evocación del Barrio Collores de su infancia, y del universal paraíso perdido de la inocencia que jamás ha de regresar.
Llorens nació en Collores en 1876 y a los doce años partió a estudiar a Maricao, puntal entonces de la era de oro del café. Su imagen lírica de Collores debe corresponder aproximadamente al año 1888. Su padre, de origen catalán, era el acaudalado dueño de una plantación de café y su posición económica facilitó que su hijo cursara estudios en Barcelona y Granada, que culminaron con un grado en Derecho.
Al momento de la evocación de Lloréns, Juana Díaz contaba con casi un siglo de establecido. Sin embargo, su jurisdicción es conocida desde los albores de la colonización, ya que su Río Jacaguas fue la referencia de Juan Ponce de León en 1514 para el deslinde de San Juan y San Germán, los primeros y únicos partidos de la Isla para entonces.
Hay cierta correspondencia entre los antiguos caminos Taínos y posteriores rutas o caminos españoles. Aparentemente existió una cadena de pueblos indios intercomunicados entre ellos, cuyos nombres originales son aún inciertos. Se ha sugerido que esta antigua vía incluía un poblado indio localizado en el territorio del actual Barrio Collores, que era parte de esa cadena de poblados.
En 1582 surgen las primeras menciones de un asentamiento o aldea en la actual Juana Díaz, vinculado al poblado de Coamo. Aparentemente las colindancias al norte de Coamo incluían los antiguos hatos del actual Barrio Collores. En 1776, Fray Íñigo Abbad menciona a Juana Díaz como uno de los vecindarios dispersos de Coamo. En las actas del Archivo Parroquial de Coamo constan menciones al “Sitio” y a la “Ermita” de Juana Díaz, que se constituye en poblado en 1789 con gran parte del territorio del actual municipio de Villalba.
En la siguiente década, Juana Díaz figuró como uno de los focos de “La Boicotizadora”, una sociedad secreta autonomista que proponía el boicot a establecimientos y artículos provenientes de España, y que organizó incendios premeditados contra los negocios y propiedades de prominentes comerciantes peninsulares afectos al partido incondicional conservador
En 1832, el Río Guayo y los deslindes al norte de Juana Díaz descritos por Pedro Tomás de Córdova sugieren la inclusión del actual territorio del Barrio Collores. Desafortunadamente Córdova no nos provee los nombres de sus barrios. Sin embargo, en una descripción topográfica de 1846, Collores aparece como uno los once barrios de Juana Díaz. Cuatro de esos barrios pasaron posteriormente a ser parte de Villalba. Suponemos que Collores fue uno de los barrios fundacionales de Juana Díaz, o al menos uno de sus más antiguos.
En 1878, dos años después del nacimiento de Lloréns Torres, Manuel Úbeda y Delgado reportó que en Collores vivían 179 familias, en 23 casas y 163 bohíos. Collores era el quinto barrio más poblado en un Juana Díaz que ya contaba con 21 barrios, incluyendo los siete barrios que hoy son parte de Villalba. El Barrio Collores era también uno de sólo tres barrios con un establecimiento de mercerías (artículos menudos, incluyendo efectos de costura), lo que sugiere cierta afluencia.
En la siguiente década, Juana Díaz figuró como uno de los focos de “La Boicotizadora”, una sociedad secreta autonomista que proponía el boicot a establecimientos y artículos provenientes de España, y que organizó incendios premeditados contra los negocios y propiedades de prominentes comerciantes peninsulares afectos al partido incondicional conservador.
Estos actos generaron una reacción violenta del gobierno español en la Isla. El Gobernador Romualdo Palacio se trasladó a Aibonito y desde allí dirigió personalmente “los compontes”, una campaña de violencia y represión contra los autonomistas y separatistas puertorriqueños. El alcalde de Juana Díaz, y aliado de Palacios, estableció en el Barrio Collores uno de tres puestos de la Guardia Civil para combatir y apresar a los desafectos.
El saldo fueron más de cien arrestos en Juana Díaz y sus barrios, especialmente en Capitanejo, supuesta sede de la sociedad secreta de “Los Secos”. En la Hacienda Cristina del Barrio Tijeras de Juana Díaz se constituyó un Tribunal Militar, al que fueron conducidos los arrestados de Juana Díaz y Ponce, y donde se aplicaron los compontes. Allí también fueron conducidos arrestados varios líderes prominentes del Partido Autonomista como Román Baldorioty de Castro.
Originalmente se le llamó “los sucesos de Juana Díaz” a lo que hoy conocemos como “los compontes”. Luis Lloréns Echevaría, padre del poeta, fue uno de los líderes autonomistas detenidos. Sin embargo, logró probar que se opuso al boicot.
En las últimas décadas del Siglo XIX, el auge cafetalero de un Collores montañoso contrastaba el carácter azucarero del llano de Juana Díaz. La próspera economía cafetalera de Collores era más afín a la de los municipios de la cordillera, lo explica la alta población del Barrio. También explica el interés de Juana Díaz por retenerlo, ya que los intereses cafetaleros a menudo logran trasferir barrios de alta producción cafetalera a otros municipios aliados a sus intereses.
Esa combinación llano/azúcar y sierra/café hizo de Juana Díaz el sexto pueblo con mayor superficie cultivada en 1898 (superado sólo por Utuado, Arecibo, Ponce y Yauco); el segundo con mayor superficie cultivada de caña de azúcar; y el décimo-segundo con mayor superficie dedicada al café
Esa combinación llano/azúcar y sierra/café hizo de Juana Díaz el sexto pueblo con mayor superficie cultivada en 1898 (superado sólo por Utuado, Arecibo, Ponce y Yauco); el segundo con mayor superficie cultivada de caña de azúcar; y el décimo-segundo con mayor superficie dedicada al café. Sólo tres de los grandes pueblos productores de café, además de Juana Díaz, contaban con acceso directo a los puertos y a las mejores vías de transporte de los llanos costeros. Por tanto Collores no sólo aportaba la producción de café sino también estimulaba la actividad comercial de Juana Díaz. Esa prominente ascendencia de Juana Díaz se confirma con su designación como Villa en 1894.
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Al regresar con su grado en Derecho en 1901, Lloréns Torres encontró que Puerto Rico era Porto Rico. En el primer censo bajo el nuevo régimen estadounidense (1899) Collores consta como el segundo más poblado de los veinte barrios de Juana Díaz, con una población de 2,835 personas: más de mil personas más que la actual. Pero el cierre de los mercados europeos del café, combinado con los efectos de huracanes y otros desastres naturales y políticos, marcó el fin de la era de oro del café puertorriqueño y posiblemente significó la decadencia económica y poblacional de Collores.
Estos y otros factores influyeron a que en 1912, Lloréns junto a los patriotas Rosendo Matienzo Cintrón y Manuel Zeno Gandía, entre otros, rompieran con los Unionistas y publicaran un manifiesto reclamando la independencia de Puerto Rico de los Estados Unidos, embrión del posterior Partido de la Independencia, el primero en Puerto Rico bajo el régimen estadounidense.
En 1917 se fundó Villalba, llevándose consigo siete barrios de Juana Díaz. Collores fue el único barrio septentrional y montañoso que quedó en Juana Díaz. Ahí la extraña forma de cuña alargada del barrio con relación al resto del territorio juanadino. De otra forma, al escribir el Valle de Collores en el ocaso de su vida, Luis Llorens Torres no hubiera podido referirse a su barrio natal de Juana Díaz, sino a uno de Villalba.
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Collores es un nombre de lugar (topónimo) de flora y de origen indígena. Es un tipo de palma, parecida a la jagua pero con espinas, y a su fruto. El fruto es comestible, de color rojo brillante como una cereza por fuera y parecida al coco. La palma de Coyur (coyura, coyor, coyol) una de dos especies locales con espinas, es esbelta, con ramas largas, anchas y flores amarillas; que puede alcanzar cuarenta pies de altura. Su hueso negro y duro se ha utilizado para producir cuentas, botones, sortijas y otros adornos; y sus hojas para tejer sombreros. Localmente “duro como el collor” describe una persona tacaña, dura y resistente como la fruta. Collor también es un grano inferior de café, que se seca con la cáscara sin pasarlo por la despulpadora, ya que muchos están verdes y son los últimos de la cosecha.
En sus crónicas, Fernando Miyares (1775) mencionó que el fruto del Collor producía un aceite parecido a las almendras dulces, que se usaba para producir un tipo de chocolate natural, parecido al Cacao. Fray Iñigo Abbad y Lasierra la describió (“coyures”) como “más altas que las de grana, [que] dan su fruto en racimos como éstas, [en] granos amarillos, vidriados, muy duros y redondos… y [que] sirve de alimento a los cerdos”, también conocidas como Coyores y Cayures.
La toponimia ayuda a documentar la historia ecológica de Puerto Rico. Collores es un topónimo frecuente que denomina barrios en Jayuya, Humacao, Las Piedras, Orocovis y Yauco; sectores de barrios de Ponce, Bayamón, Guayanilla y Utuado; y quebradas en Aguas Buenas, Juana Díaz, Juncos y Cabo Rojo. Esto sugiere que la Palma de Collores proliferó por toda la Isla. Sin embargo, hoy es una especie muy escasa y desconocida para gran parte de nuestra población.
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El Barrio Collores ocupa el extremo noroeste del Municipio de Juana Díaz, con el que colinda sólo por el sur. Es una cuña que extiende su territorio municipal hacia el interior de la isla entre los municipios de Ponce (oeste), Orocovis (norte), Villalba (este) y Juana Díaz (sur). Es el segundo barrio más grande (10.5 millas²) entre los catorce barrios de Juana Díaz y cubre el 17 por ciento del territorio municipal. En el Censo del 2010, reportó 1,820 habitantes, apenas el 3.5 por ciento de los 50,747 residentes de Juana Díaz. Como resultado, reportó una densidad poblacional de apenas 173 personas por milla². Entre los censos del 2000 y 2010, su población disminuyó 16 por ciento. Según los estimados del Censo, su mediana de población es de 37 años, su ingreso per cápita es de $7,290 y un 53 por ciento de su población está por debajo del índice de pobreza de los Estados Unidos.
Collores es el barrio más distante del centro urbano de Juana Díaz, y el más adentrado en la Cordillera Central. Sus mayores elevaciones son el Cerro Agostinillo (581 m./1,903 p.) en la colindancia con el Barrio Real de Ponce, y el Cerro La Mesa (de similar elevación) en la colindancia con el Barrio Ala de la Piedra de Orocovis. Parte del Bosque Estatal de Toro Negro, su región norte en la colindancia con Orocovis. El Río Guayo cruza el Barrio de norte a sur rumbo al Mar Caribe. Uno de los atractivos naturales más populares del Barrio es el Salto de Collores, una cascada de entre 35 y 49 pies de alto en el Sector Magas.
FICHA BIBLIOGRÁFICA MÍNIMA
Buró del Censo de los Estados Unidos (Censo 2010 de población y vivienda y estimados de cinco años 2009-2013) Junta de Planificación (Mapa de municipios y barrios, #71-Juana Díaz, 1955) Comisión Estatal de Elecciones (Desglose de sectores y centros de votación de acuerdo a la redistribución electoral, 2000, Precinto Juana Díaz 58) Luis E. Rodríguez, Servicio de Extensión Agrícola (Juana Díaz, 2000) Ramón Rivera Bermúdez, (Historia de Coamo, la villa añeja, 1980) Adolfo de Hostos (Tesauro de datos históricos de Puerto Rico, Tomo III, 1995) Cayetano Coll y Toste (Boletín histórico de Puerto Rico, Tomos XI, 1924) Pedro Tomás de Córdova (Memorias geográficas, históricas, económicas y estadísticas de la Isla de Puerto Rico, Tomo III, 1832) Mariano Villaronga (Descripción topográfica del pueblo de Juana Díaz, 1846) Manuel Úbeda y Delgado (Isla de Puerto Rico: estudio histórico, geográfico y estadístico de la misma, 1878) Lidio Cruz Monclova (Historia de Puerto Rico, Siglo XIX, Tomo II, parte 2 y Tomo III, parte 2, 1964) War Department, Office of the Director, Census of Porto Rico (Report on the Census of Porto Rico, 1899) Íñigo Abbad y Lasierra (Historia geográfica, civil y natural de la isla de San Juan Bautista de Puerto Rico, 1979) Luis Hernández Aquino (Diccionario de Voces Indígenas, 1969) María Vaquero y Amparo Morales (Tesoro lexicográfico del Español de Puerto Rico, 2005) Manuel Álvarez Nazario (El habla campesina del País, 1992) Aníbal Díaz Montero (Del Español jíbaro: vocabulario, 1979) Salvador Arana Soto (Diccionario geográfico de Puerto Rico, 1978) Rafael A. Torrech San Inocencio (Los barrios de Puerto Rico, 1999; y Orígenes, configuración y toponimia de los barrios de Puerto Rico, 1994).
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