ué gusto encuentras en hacer lo que se espera, si hacer lo inesperado es posible. Eso pensó un grupo de profesores universitarios, escritores y críticos literarios que se propusieron hacer un texto que reflejara la diversidad de la literatura puertorriqueña.
En vez de ceñirse a la cronología, a la enumeración de movimientos o generaciones, Juan Gelpí, Marta Aponte Alsina y Malena Rodríguez Castro, editaron una publicación en la que nuestras letras se exponen al análisis desde la perspectiva sociológica, histórica o hasta económica.
Veintisiete ensayos críticos y explicativos componen Escrituras en contrapunto: estudios y debates para una historia crítica de la literatura puertorriqueña, editado por La Editorial de la Universidad de Puerto Rico.
“La idea fue escoger una serie de temas y aspectos que se pueden pensar como un debate”, explica Gelpí, catedrático de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, “cuál es la especificidad de la literatura, cómo releer obras importantes, el realismo en la literatura que no es realista y establecer vínculos entre la literatura y otras artes, disciplinas y prácticas culturales. En realidad, esta no es una historia de la literatura tradicional por eso el sub título tiene ese apellido: es historia crítica. Es un libro de consulta que se puede leer a nivel universitario en bachillerato, maestría o doctorado”.
“A mi me gustaría que se convirtiera en un referente importante a la hora de estudiar la literatura puertorriqueña”, opina de otra parte Neeltje Van Marissing, directora de La Editorial de la Universidad de Puerto Rico, sobre el texto que al momento está en formato papel en ediciones de encuadernado y rústica.
El proyecto estaba contratado desde el año 2009 cuando invitaron a un grupo de especialistas en distintos campos a realizar los ensayos y un año más tarde comenzaron las rondas de lectura y edición. A la reciente llegada de Van Marissing su edición estaba adelantada.
El título nos dice por dónde va la cosa, no es un texto canónico en el sentido de decir ‘esto es la literatura puertorriqueña’ sino que estimula que se siga debatiendo y escribiendo sobre lo que es nuestra literatura que es algo vivo”
Los autores son, en su mayoría, puertorriqueños radicados aquí y en Estados Unidos así como autores situados en Argentina y España. La variedad de voces se convierte en un valor añadido al trabajo. Cada uno de los tres editores, además, trabajó un ensayo.
Para Van Marissing, la riqueza del libro radica “en su pluralidad de voces”. “El título nos dice por dónde va la cosa, no es un texto canónico en el sentido de decir ‘esto es la literatura puertorriqueña’ sino que estimula que se siga debatiendo y escribiendo sobre lo que es nuestra literatura que es algo vivo. Estos textos están en constante evolución y esos paradigmas siguen cambiando”, menciona la directora.
En el fondo estamos convencidos de que la literatura puertorriqueña tiene la diversidad y la riqueza suficiente para aguantar ese tipo de enfoque. Este libro lo prueba”
“El gran problema que tendría la historia de la literatura puertorriqueña escrita hoy por una sola persona es que tendrá sólo su modo de entender y analizar”, puntualiza, de otra parte, Gelpí, “nos interesaba que quien fuera a consultar esta obra encontrara diversidad; en el fondo estamos convencidos de que la literatura puertorriqueña tiene la diversidad y la riqueza suficiente para aguantar ese tipo de enfoque. Este libro lo prueba”.
El profesor resalta que “no convocamos personas que sabíamos iban a pensar estrictamente del mismo modo sino que hay enfoques históricos, sociológicos, filosóficos; hay personas que estudian la relación de la literatura con la economía, el tema de género y de la emigración también”. “Para nosotros era bien importante que hubiera diversidad de enfoque”, resalta Gelpí.
Éste señala que otros textos previos han abordado de modo tradicional la historia de la literatura local, siendo uno de los más recientes el editado por la catedrática de la UPR en Mayagüez, Josefina Rivera de Álvarez.
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Para quien ha dedicado, con gusto, buena parte de su vida a pensar, analizar y formar opiniones sobre un tema, ser invitado a comentar sobre éste resulta un gozo. Este libro debe haber provocado mucho de eso en sus participantes.
Cinco grandes temas fungen como amplia sombrilla: Especificidad y heterogeneidad de la literatura puertorriqueña; Realismos y literaturas de la extrañeza; Lecturas y relecturas de textos y autores; Relación de la literatura puertorriqueña con otras literaturas y artes; y Vínculos de la literatura puertorriqueña con otras disciplinas y saberes.
Veamos algunos títulos. ‘¿Por qué ahora la palabra…?’: modernidad y nostalgia en la literatura puertorriqueña, es la propuesta de Rafael Bernabe; Diáspora, migración y literatura puertorriqueña (1940-2010), es el trabajo de Yolanda Martínez-San Miguel.
Marta Aponte Alsina logró, El horror de los comienzos: La antigua Sirena, de Alejandro Tapia y Rivera y El retrato como autorretrato o Luis Rafael Sánchez lee a Emilio S. Belaval, fue escrito por Efraín Barradas.
Testimonio e imaginación: las crónicas de los ochenta de Edgardo Rodríguez Juliá, es obra de la argentina Gabriela Tineo mientras que Francisco Javier Avilés presenta, La deriva del quedado: escritura y escombros en la obra de Eduardo Lalo.
Noticias de un país que desaparece: raros puertorriqueños de hoy, fue escrito por Juan Duchesne Winter y De estigmas ciudadanos: locura y monstruosidad en la literatura puertorriqueña, por Malena Rodríguez Castro.
Luis Felipe Díaz escribió La obra de Pedro Cabiya en el contexto escritural puertorriqueño y Catherine Marsh Kennerley, La promoción del cincuenta y la División de Educación de la Comunidad.
La apropiación de las ficciones de Borges en la literatura puertorriqueña contemporánea fue obra de Juan G. Gelpí y Urayoán Noel escribió Notas para una poética del performance: Pedro Pietri y el corpus de la poesía puertorriqueña.
Y aquí van tres ensayos más de los 27 contenidos en el libro: La escucha de un cuerpo: notas para una teoría de la musicalidad caribeña, de Juan Carlos Quintero-Herencia; ‘Sombras son la gente’: representaciones raciales en las letras de Tite Curet Alonso, de Juan Otero Garabís; y Literatura y economía en Puerto Rico: siglo XIX, de Richard Rosa.
“Todos estos colaboradores usan algún marco teórico muy distinto y genera unas interpretaciones innovadoras y diferentes. En ese sentido, el libro cumple con su cometido; puede ser muy bueno como libro de consulta ya que está al día en lo que son los debates contemporáneos críticos y teóricos”, opina Gelpí.
La publicación, que fue presentada en el Congreso Internacional de LASA celebrado este año en la Isla, ya está disponible en las librerías locales y puede comprarse a través de la nueva tienda virtual de La Editorial UPR, https://www.laeditorialupr.com, y la recibe a vuelta de correo. Se contempla una futura edición digital del libro.
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