02/11/2014


Katira María: una despechada optimista

Presentará su espectáculo, El hilo rojo, este jueves 6, a las 9:00 p.m., en el espacio Abracadabra en Santurce


L

os finos dedos de Katira María descansan sobre una palabra. “Abracadabra”, lee en letra cursiva sobre la mesa de madera donde reposan sus manos luego de comer. Tras ella resalta la fiesta de color que es el telón en la tarima.

Con esos finos dedos sujetará el micrófono en esa misma tarima, cuando transformada por el deseo de contar historias de amor mediante canciones suba a ella. La cita será el jueves 6 de noviembre, a las 9:00 p.m., en el espacio/restaurante Abracadabra en Santurce donde ofrecerá el espectáculo El hilo rojo.

Ya lo presentó antes, en El Tablado de Paulette en Ballajá, y la audiencia descubrió no solo su voz sino la entrega distintiva de su interpretación.

“Vengo de un background de teatro”, dice la sanjuanera que además tiene formación y experiencia en baile, “no me gusta solo cantar, me gusta contar una historia y que la gente se pierda en ella. Entre canciones intercalo textos que van creando un hilo narrativo leve, voy dando claves que la audiencia, emocionalmente involucrada, va siguiendo. Este show cuenta una historia de amor y desamor”.

Porque precisamente ese tema la motiva a cantar. Para ello aprovecha canciones conocidas y otras de su autoría como Not a Bue Song, A dónde vas o Still.

“Trato de hacer el show que me gustaría ver a mi”, afirma, “no todo lo que canto es literal pero viene de experiencias vividas, de un lugar muy íntimo. Escojo canciones que otros hicieron exitosas porque me gustan y las interpreto a mi estilo, además trabajo repertorio propio”.

Tanto se ha escrito del amor que cantarle se ha tornado un reto. La cursilería no es su talón de Aquiles, revela, “al contrario, tiendo a ser oscura”. Por eso siempre procura que a mayor intensidad, siempre haya “un rayo de luz” en las canciones que cuenta.

“No quiero que la gente se corte las venas en el show“, dice entre risas, “una amiga me dio un gran cumplido luego del pasado concierto ‘eres una despechada optimista'”.

El optimismo, quizás, proviene del humor como es el caso de su pieza Not a Blue Song que describe como poseedora de un feeling retro, repleta de despecho y mucho humor.

A dónde vas aplaude la sencillez de voz y guitarra mientras que Still es la única sobreviviente de un primer disco que hace varios años grabó Katira María en Los Ángeles, a donde hace once años se mudó para estudiar y trabajar en la industria artística. “Pero está revisada, la trabajé de nuevo”.

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M

ientras guiaba su carro un coro vino a su mente. La cantante buscó su celular y a él le cantó el coro en una especie de “jeringoza”. “Después, a eso que grabé, le creo los versos. Es como un gran rompecabezas crear una canción”.

“No tengo el lenguaje técnico pero puedo comunicarle a los músicos lo que quiero. Me gusta trabajar con colaboraciones, ahora tengo cuatro músicos que son fenomenales”.

Habla del baterista Efraín Martínez, del guitarrista Cristian Galán, la pianista Alexandra Rivera y  el bajista Ariel Robles. Marcos Maura diseña el sonido.

Katira María por José R. Madera

Simultáneo a sus espectáculos, Katira María se concentra en nuevos temas de su autoría que reunirá pronto en una producción discográfica. / Foto José R. Madera

En Abracadabra nunca ha cantado y su acústica la intriga. “Tiene mucha efervescencia el espacio y me parece que traerá algo nuevo al show. Será bien divertido aquí”, vaticina.

Donde sea lo que lo presente, Katira María persigue el mismo fin, “contar una historia y afectar a la gente”. Y el público le paga contándole cómo se dejó afectar. “Sentí que me estabas hablando a mi”, cuenta que le han dicho algunos y lo toma como premio.

“Todo gran arte debe aspirar a compartir el lenguaje universal que tenemos. La música nos toca una fibra elemental y humana innegable y a eso, con toda la humildad del mundo, es a lo que yo aspiro. Mi meta es que el público siente que hay una meta común”.

Interpretar con pasión y sentimiento es su distintivo y no lo negocia. “Estoy abierta a la versatilidad creativa siempre y cuando no sacrifique mi honestidad”, advierte convencida.

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C

uando cantó por primera vez la canción Sister, incluida en la película The Color Purple, Katira María hizo un descubrimiento feliz. Cantaba, claro que sí, aunque distinto a su mamá. La carga genética no llevó ni su registro ni el color de su voz por el mismo camino que la de su progenitora, la cantante Jossy Latorre, integrante del afamado grupo Haciendo punto en otro son.

“Esa canción me fascina”, dice y le brillan los ojos tras descubrir el antídoto contra la duda, “tiene unos gorgojeos y un sube y baja buenísimos. Cuando comencé a cantarla descubrí que mi voz es distinta a la de mi mamá, entendí que podía hacer cosas interesantes con ella”.

Antes de eso Katira María estaba en negación. Si le preguntaban si cantaba respondía tajante: “yo no canto”.

Katira María por Jose R. Madera

“De pequeña, cuando cantaba, me comparaba con mami y como no sonaba igual pensaba ‘sueno horrible'”, dice aludiendo a la cantante Jossy Latorre. / Foto José R. Madera

“Evité muchos años cantar por mami”, confiesa, “cuando me fui, la distancia me dio permiso a explorar mi voz sin comparaciones. Para mi fue life-changing entender que tenemos voces diferentes, en eso somos noche y día. Mami canta mucho en falsetto, es una voz alta, fina, se escucha espectacular y la mía es baja, sale del diafragma. De pequeña, cuando cantaba, me comparaba con ella y como no sonaba igual pensaba ‘sueno horrible'”.

A Latorre le ha hecho coros y hasta fue invitada a la presentación musical en homenaje a Sylvia Rexach que ésta realizó el año pasado en Punto Fijo. Katira cantó Te amaré toda la vida.

“Mami siempre me ha apoyado. Luego de mi pasado show en Ballajá me dijo: ‘Katira, estoy tan impresionada. Soy tu madre y te amo, te voy a apoyar en todo lo que hagas pero como profesional me quito el sombrero con lo que estás haciendo en este show‘. Eso fue bien emocionante para mi”, reconoce.

Hace dos años la joven retornó a la Isla sin temor a cantar y a que otros entiendan que pasa del español al inglés con frecuencia y naturalidad en una conversación. Desde los cinco años piensa y siente en ambos idiomas en una isla en que el uso de dichos lenguajes se ha utilizado por décadas como bandera política, como seña de apoyo a la soberanía o al anexionismo.

“Me preocupaba al principio el que dirán, no te niego”, sostiene, “pero un día dije ‘tengo que hacerlo para saberlo’. Le quité el peso de encima a este diálogo que sale de mi porque así soy yo. Yo hablo español e inglés todo el tiempo, es como soy y me quité el ‘rocheo’ de encima”.

Eso, al final del día, se llama crecer. El público ganó una artista y una voz. El amor y el desamor cuentan con otra devota.

Katira Maria por Jose R. Madera

*Boletos: prticket.com.

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