osé “Quique” Rivera no duda un segundo en afirmarlo: “la razón por la que en Puerto Rico no hay cuarenta animadores es porque consumimos mucha animación pero no nos han enseñado a ser productores”.

Lo dice al final de la entrevista, luego de contar cómo la intuición y la guía de algunos profesores le abrieron la ventana a un mundo que le sienta a la perfección puesto que puede/debe combinar sus múltiples intereses artísticos como son la música, la fotografía y la escultura.

Pero al comienzo de la entrevista, el ríopedrense egresado de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y del California Institute of the Arts (Maestría en Animación Experimental), contó con emoción el camino que recorrió hasta descubrir su vocación por la animación, eso que desea hacer “por el resto de mi vida”.

Rivera pertenece a la generación de hijos de la UHS (University High School) y luego pasó a estudiar Comunicación Pública en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Ambas experiencias académicas le acercaron al dibujo, a la escultura y a la música.

hacer objetos tridimensionales que se mueven en la línea del tiempo me voló la cabeza

Trabajando un proyecto para la clase de Escultura retrataba de modo frontal una figura creada en plasticina. Pensó que se vería más interesante si giraba un poco la cabeza y la retrataba de nuevo. Descubrió, de modo rudimentario, el movimiento.

“Pensé que al virarle el cuello tendría una posición más dinámica. Cuando veo las fotos caigo en cuenta de la inmediatez del Stop Motion y de la posibilidad de darle vida a mis creaciones. Fue casi por accidente que descubro esto y fue como que wao; del dibujo a la escultura fue un salto grande”, cuenta vía telefónica desde Los Ángeles, “hacer objetos tridimensionales que se mueven en la línea del tiempo me voló la cabeza”.

Rivera lo comentó con un profesor, Alfredo Rivas, quien le recomendó que conociera el trabajo del animador checo, Jean Svankmajer, que utilizaba materiales similares a los de Rivera como plasticina y objetos encontrados. “Los ví usados de una manera que jamás se me hubiera ocurrido, él trabajaba el surrealismo, tiene un contenido conceptual bien fuerte”, sostiene sobre ese primer referente que determinó sus expectativas.

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a animación no se limita a la técnica Stop Motion —que simula el movimiento de objetos estáticos mediante una serie de imágenes fijas corridas como vemos en comerciales o películas “de muñequitos”- pero resulta afín a Rivera.

“Es una rama de las artes especial por su capacidad de integrar cualquier otra cosa que hagas. Si eres pintor puedes darle vida a una obra con la animación, si eres escultor con esqueletos puedes hacer que la obra se mueva. Lo que sea que hagas puedes llevarlo un paso más allá”, propone.

Un factor clave en el proceso sin duda es la fotografía. “Te sirve para documentar y ponerlo en secuencia, es el medio principal que une lo que sea que quieras utilizar. Tomas fotos de manera repetida y al juntarlas creas movimiento”.

Cada trabajo realizado “es especial y tiene un lugar en mi corazón”, asegura, repasando trabajos como El delirio del pez león (2012) o Así de grandes son las ideas (2014), vídeo realizado para el grupo Calle 13, entre otros. Cada uno abona experiencia para cuando se enfrente al próximo trabajo del que partirá, nuevamente, de cero.

“Cada proyecto es un experimento en algo nuevo y cosas nuevas generan inquietudes nuevas; es como una escalera, cada vez que pisas aparece un escalón nuevo que no estaba ahí”.

Con El delirio del pez león por primera vez trabajó “algo más narrativo”. “Era mi primer personaje con carácter”, dice, “antes había hecho criaturas vivas pero no evocaban emoción, actitud o alma. Además tiene un lenguaje más cinematográfico y una secuencia más lógica”.

En tres meses construyó los tres títeres que aparecen en la pieza sobre un feroz pez león pero el personaje del viejo en Así de grandes son las ideas le tomó nueve meses.

El protagonista del vídeo “Así de grandes son las ideas” del grupo Calle 13 sorprende por su agilidad. Foto / Suministrada

“Al viejo lo hice más grande para hacerle muchos detalles, le saqueé molde y eso lo vacié en esta resina que la combinas con agua y, dependiendo de cuánta uses, encoje la figura sin quitarle detalles. El esqueleto de adentro tenía un sistema para moverle la quijada y tenía unos tornillitos pegados en el cráneo que cuando hago la piel se engancha ahí y permite la distorsión facial. Hice más de quince moldes para ese solo personaje. Fue la primera vez que incluí movimientos de cámara y eso es complicado porque estás tomando foto por foto y hay que planificarlos bien para que luzcan bien. En términos técnicos y cinematográficos es el trabajo más complejo que he realizado”,  declara Rivera.

Además, en dicho vídeo usó una paleta de colores más brillante que lo acostumbrado. “A mi corta carrera no me atrevo a decir jamás no me queda nada por aprender”, insiste agradecido de disponer de toda una vida para aprender, “todo lo que me gusta está en un solo medio”.

Rivera confiesa estar “contento” e ilusionado con la oportunidad de compartir con otros en un taller lo que le tomó tanto tiempo descubrir. El objeto vivo: un taller de animación Stop Motion con Quique Rivera será del 22 al 24 de enero en la UPR en Carolina.

“Los talleres voy a enfocarlos en diseño de movimiento, esto es sumamente accesible porque todo el mundo tiene una cámara o un teléfono con el que hacer fotos. Les hablaré de lo que, como principiantes, deben tomar en cuenta para que sus trabajos se vean creíbles como la física de los objetos y cómo lo desplazas porque cada vez que los mueves afectas la relación tiempo espacio. Quiero que vean la animación como un medio con infinidad de posibilidades y potencial. En Puerto Rico nadie te dice que esto puede ser una alternativa -a mi jamás me hubiera pasado por aquella cabecita mía- y este es un medio maravilloso”, subraya rememorando sus años de estudiante.

Su última meta es que el talento local se encamine y se aproveche. “Quisiera que a nivel básico, te enseñen animación como una rama, que todo estudiante de arte la explore”, acaba animando desde ya un mundo futuro.

El objeto vivo: un taller de animación Stop Motion con Quique Rivera

• 23 al 25 de enero, UPR- Carolina
• Cubrirá: técnicas básicas y las aplicaciones artísticas de la animación en Stop Motion
• Horario: viernes, 6:00 a 9:00 p. m., sábado y domingo, 2:00 a 5:30 p. m.
• Gratis para alumnos del sistema de la Universidad de Puerto Rico, pero su espacio se reservará, mediante registro previo.
• Público general debe pagar una matrícula asequible.
•  Detalles y registro: 787/750-4405, 787/257-0000, extensiones 3250, 3367 o decep.carolina@upr.edu.
•  Este evento forma parte de la Agenda Cultural Multidisciplinaria llamada Sinestesias.

Conversatorio con Quique Rivera

• jueves 22 de enero, 11:00 a. m., Salón Restaurante de la Escuela de Administración de Hoteles y Restaurantes, de la Universidad de Puerto Rico en Carolina.
• Abierto al público y libre de costo.