os adoquines de siempre. Los mismos edificios y plazas coloniales. Las calles de siempre. Pero el Viejo San Juan se nos mostraba distinto este fin de semana y era fácil identificar por qué. La ilusión, la inocencia y la alegría rondaban sueltas por sus callejones. Todo parecía posible, éramos un país en paz.
Desde las once de la mañana, varios puntos establecidos a lo largo de la Plaza de La Barandilla hasta la Plaza Colón fueron escenario de espectáculos variados de artes circenses y arte callejero ofrecidos por artistas locales e internacionales que integraron la segunda edición de Circo Fest, evento que impulsa la asociación ACirc.
Con gestos, piruetas o historias improvisadas los artistas ganaron la atención de su público que, gracias a la magia de la sonrisa, se convirtió en una masa homogénea. Una carcajada era compartida por un niño, por una universitaria o un abuelo que se exponían a la misma presentación.
Reír sin malicia fue fácil durante dos días. Quien sabe, a lo mejor no lo olvidamos.
Aquí la mirada de Mandy García, un asistente al evento.
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